Rupturas del linaje materno (segunda entrega)
Una de las experiencias más duras que puedes tener como hija en la relación con tu madre es darte cuenta de que ella está inconscientemente involucrada en tu insignificancia. Ante este sentimiento, es verdaderamente desgarrador ver que, más allá de su propia herida, la persona que te dio a luz siente, inconscientemente, tu empoderamiento como una pérdida propia. En el fondo no es una tragedia personal, sino de nuestra cultura patriarcal, que dice a las mujeres que somos “menos que”.
Una de las experiencias más duras que puedes tener como hija en la relación con tu madre es darte cuenta de que ella está inconscientemente involucrada en tu insignificancia. Ante este sentimiento, es verdaderamente desgarrador ver que, más allá de su propia herida, la persona que te dio a luz siente, inconscientemente, tu empoderamiento como una pérdida propia. En el fondo no es una tragedia personal, sino de nuestra cultura patriarcal, que dice a las mujeres que somos “menos que”.
Todas deseamos ser auténticas, ser vistas tal
como somos, ser aceptadas, y ser amadas por quien realmente somos. Es una
necesidad humana. Lo cierto es que el proceso de convertirnos en nosotras
mismas implica ser complicadas, fuertes, intensas, asertivas y complejas,
cualidades que el patriarcado pinta como poco atractivas en una mujer.
Históricamente, nuestra cultura ha sido
reacia a la idea de las mujeres como seres individuales.
El patriarcado identifica a las mujeres
atractivas como seres complacientes, que buscan ser aprobadas, cuidan las
emociones, evitan el conflicto y toleran el maltrato. En cierta medida, las
madres transmiten esta imagen a sus hijas, y hacen que inconscientemente se
construyan una falso yo, a menudo a través de la máscara de “la rebelde”, “la
solitaria” o “la niña buena”. El mensaje principal es “Para ser amada no debes
crecer”. Sin embargo, las nuevas generaciones de mujeres tenemos el deseo de
ser auténticas. Se podría decir que, con cada nueva generación, el patriarcado
se debilita y el deseo de ser auténticas se va fortaleciendo entre las mujeres,
de hecho, está empezando a ser urgente.
El anhelo de ser auténtica y la añoranza de
la madre. Se trata de un dilema para las hijas criadas en el patriarcado. El
anhelo de ser tú misma y el anhelo de ser cuidada, se convierten en necesidades
que compiten entre sí, parece que tengamos que elegir entre una de las dos.
Esto sucede porque tu empoderamiento está limitado en la medida en que tu madre
ha internalizado las creencias patriarcales y espera que tú las acates. La
presión de tu madre para que no crezcas depende principalmente de dos factores:
1) el grado en que ella haya internalizado las creencias patriarcales
limitantes de su propia madre y 2) el alcance de sus propias carencias por
estar divorciada de su yo verdadero. Estas dos cosas mutilan la capacidad de la
madre de iniciar a su hija a su propia vida (…)
©2014 Bethany Webster
La Ruptura del Linaje Materno y el Precio de Volverse
Auténtica
Post: Paula Perticone
Miembro del equipo de Campo Vincular Salud
Psicología - Psicoterapia Adultos
Orientación Junguiana
Campo Vincular es un equipo de profesionales de diversas corrientes
y disciplinas para la salud, "vinculados" por una misma mirada de empatía,
compasión y respeto en el vinculo con el paciente.
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