La gran tragedia de la sociedad
occidental contemporánea es tal vez el hecho de que hayamos perdido la
habilidad de experimentar el poder transformador del éxtasis y del gozo. Esta pérdida
afecta todos los aspectos de nuestras vidas. Buscamos el éxtasis por todas
partes, y es posible que, por un momento, pensemos que lo hemos encontrado.
Pero, a un nivel muy profundo,
permanecemos insatisfechos.
Nuestra sociedad materialista nos enseña que la única realidad es la que
podemos asir, y que la única cosa de valor es “aquello que podemos ingresar en
el banco”. Nuestros espíritus necesitan tanto alimento como siempre. Pero, tras
haber excluido de nuestras vidas la experiencia interna del éxtasis divino,
sólo podemos buscar su equivalente físico. Y por mucho que busquemos, o por
muchas experiencias extáticas inferiores que acumulemos, ansiamos más.
Esta ansia nos ha llevado al síntoma más característico de nuestro tiempo: el
comportamiento adictivo. De modo que muchas de nuestras vidas están afectadas
por la adicción (si no la nuestra, la de
un pariente, la de un amigo, la de una
celebridad) ¿Reconoce algunos de estos tipos? Los prósperos empresarios jóvenes
que creen que necesitan cocaína para tener aire de competencia; las supermadres
que no pueden pasar un día sin un tranquilizante; los acosados gerentes de
empresa que necesitan dos o tres copas cada noche después de trabajar para
relajarse; los jóvenes que prueban las drogas callejeras porque ya están tocados
por la falta de sentimientos en nuestra sociedad; los universitarios que
asisten a fiestas para emborracharse o “colocarse”; los peligrosos conductores
adictos a la emoción de la velocidad; los negociantes enterados que realizan
transacciones ilegales en la bolsa porque son adictos al “colocón” de ganar
dinero; los solteros perpetuos que pasan de un amante a otro, adictos al primer
destello de amor romántico.
La adicción es la cara negativa de la búsqueda espiritual. Buscamos una exultación
del espíritu; pero en lugar de satisfacción encontramos una emoción física efímera
que nunca puede satisfacer el vacío crónico y persistente que nos acosa.
Para llenar dicho vacío, necesitamos reconectar con la capacidad de éxtasis que
esta inactiva dentro de nosotros.
Fragmento del libro Éxtasis,
Psicología del gozo
Robert A. Johnson
Editorial kairos 1991, pag 11 y 12
Robert A. Johnson
Editorial kairos 1991, pag 11 y 12
Sobre el Autor
Robert A. Johnson (Portland, Oregón, Estados Unidos, 1921) es un destacado conferenciante y analista junguiano estadounidense autor de numerosas obras
Robert A. Johnson (Portland, Oregón, Estados Unidos, 1921) es un destacado conferenciante y analista junguiano estadounidense autor de numerosas obras
Campo vincular es un equipo de profesionales de diversas corrientes
y disciplinas para la salud, "vinculados" por una misma mirada de empatía,
compasión y respeto en el vinculo con el paciente.
Consultorios psicológicos en Capital Federal y Gran Buenos Aires.
Presencial virtual (skye - Escrito-terapia).
Niños, adolescentes, adultos, adultos mayores.
Orientación vocacional. Consolidación profesional.
Acompañantes Terapéuticos.
Cursos, Talleres, Actividades recreativas.
Contactanos a campo.vincular.salud@gmail.com
Teléfono:3964.4062
Teléfono:3964.4062
No hay comentarios:
Publicar un comentario