Cuando uno se siente atrapado o frustrado en el amor, conviene que se examine a sí mismo y el papel que desempeña en esa situación. |
* Thomas Moore.
El amor es una cuestión del alma y está íntimamente ligada a su destino. Aparece cuando uno menos se lo espera o inoportunamente. En ocasiones desaparece en el peor momento. Puede aparecer y desaparecer y regresar de nuevo, sin que ninguna razón aparente explique su volatilidad.
Los pintores antiguos representaban el amor como un adolescente con alas, un signo de su carácter huidizo, una cualidad que puede afligir a una persona de cualquier edad. Porque el amor en sí es joven y puede hacerle sentirse más joven de lo que es. También puede hacerle envejecer, especialmente en los momentos en que desaparece de improviso, o cuando el objeto de su amor ya no le ama.
El aspecto de la noche oscura del amor es brutal comparado con la alegría y despreocupación del comienzo del amor. ¿Cómo pasa uno de sentirse como si flotara a sentirse hundido? La respuesta estriba de nuevo en el que el amor está al servicio del alma, por lo que tiende a descender hacia las regiones profundas. Por más que uno desee permanecer en el nivel en el que el amor parece un juego, éste nos arrastra hacia el aspecto serio de la vida.
La pareja que cree que puede experimentar con el sexo, y posteriormente la mujer comprueba que está encinta, conoce bien este brusco descenso a la realidad.
Los parientes y amigos adultos quizá traten de advertir a una pareja joven sobre el lado oscuro del amor, pero, como es natural, las advertencias apenas logran traspasar la sutil pero resistente burbuja de la fantasía. Todo indica que es importante que el amor esté libre de los obstáculos que representan la sensatez y el sentido práctico. No puede consumirse en una vida si está constreñido por el sentido común.
Algunas personas hallan la oscuridad del amor en el contexto del matrimonio y la pareja. Otras pasan por momentos de desesperación porque por algún motivo no consiguen establecer una relación duradera.
Tanto si busca usted el amor como si trata de salvar una relación sentimental, puede constituir el reto más difícil que se le presente en la vida y a veces le parecerá imposible conseguirlo. Esa imposibilidad le hará que despierte lentamente, le mostrará los límites de la comprensión humana y le procurará un puente para pasar de lo humano a lo divino.
(...) Con frecuencia nos sentimos irresistiblemente atraídos por un callejón sin salida. Parece como si el alma quisiera quedarse atrapada. No desea triunfar en su empeño, y no desea que la vida fluya y avance. Los amigos y la familia no comprenden esta situación, porque les preocupa la vida, no el alma. Quieren que sus hijos y sus amigos sean felices y muestren signos de haber triunfado en todo: la familia, el trabajo, el amor. Si pudieran asomarse al alma de su amigo o hijo, quizá comprenderían que aún no ha llegado el momento de un final feliz.
El alma tiene su propia agenda y sus propias necesidades. Si esas necesidades no son satisfechas, el callejón sin salida puede prolongarse durante largo tiempo.
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Aunque parece obvio que el amor consiste en que unas personas se unan para compartir su vida, también constituye, principalmente, una introducción a las profundidades del alma. Quizá no haya practicado usted nunca la meditación o la contemplación, pero ahora está obligado a pensar y cavilar. Quizá no se haya sentido nunca tan afectado por sus emociones, y ahora sus emociones eclipsan cualquier otra consideración. Quizá no se haya entregado nunca a la fantasía y a la ensoñación, pero ahora ésa es su principal preocupación. Todo ello demuestra un incremento de la actividad del alma profunda. Cuando uno se siente atrapado o frustrado en el amor, conviene que se examine a sí mismo y el papel que desempeña en esa situación.
A medida que la relación evoluciona puede convertirse, como dice Jung, en un receptáculo del alma. A medida que uno cambia y la relación pasa por distintas fases, uno se introduce más profundamente en el alma. Aunque la relación no dure o se rompa bruscamente, uno no tiene más remedio que experimentar sus emociones y ensayar su historia reiteradamente en un proceso que quizá cree el espacio que necesita para su alma. Llegados a este punto, algunas parejas vuelven a conectar, pero a menudo es necesario que se forme una nueva relación para construir una forma madura de amor.
Como dicen las tradiciones religiosas, el amor es una fuerza creativa, que construye a partir de nuestra vida y experiencias un mundo articulado, una vida llena de significado y complejidad. Las personas experimentadas en materia del amor se hallan en un estadio de evolución distinto a quienes aún no han experimentado este tipo de iniciación. El amor incentiva todas las dimensiones de la vida, y lo que parece amor romántico o una relación sentimental puede propiciar una pasión más intensa por la vida.
-- Parrafo extraído del libro "Las noches oscuras del Alma", Ed. Urano. El autor toma el título del libro del concepto que fuera acuñado por San Juan de la Cruz-
Thomas Moore. considerado toda una personalidad en las áreas de psicología analitica y arquetípica, mitologiay arte. Es autor de obras mundialmente reconocidas, como "El cuidado del alma" (primera y segunda parte) o "Las relaciones del alma", "En busca de una religion personal", etc. Teólogo y psicólogo, durante doce años fue monje en una orden católica .
Fotografia: Josh Adamski
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