lunes, 14 de diciembre de 2015

Hay algo malo en mí



“… Me acosaba constantemente un juez interior, despiadado, incansable, mezquino, acosador, invisible en muchas ocasiones, pero que siempre estaba de guardia… Me regía por el supuesto  de que «hay algo eminentemente malo en mí» y me esforzaba penosamente por controlar mi yo, que me parecía esencialmente defectuoso. Me aplicaba al máximo en los estudios, participaba en política con fervor y me entregaba a una vida social muy plena. Evitaba el dolor (produciéndome más todavía) con mi adicción a la comida y a mi obsesión por el éxito.  A veces buscaba placeres sanos (en la naturaleza, con amigos), pero también sentía cierto impulso que me llevaba a buscar emociones en las drogas, el sexo y otras aventuras. El  mundo veía en mí a una persona que funcionaba muy bien. Pero por dentro estaba angustiada, obsesionada y, en muchas ocasiones deprimida. No me sentía en paz con ningún aspecto de mi vida… Empecé a darme cuenta de que por debajo de mis oscilaciones del estado de ánimo, de mi depresión, de mi soledad y de mis conductas adictivas se ocultaba y acechaba aquella sensación de sufrir graves carencias personales. Tuve un primer atisbo claro de un núcleo interior de sufrimiento que volvería a visitar una y otra vez a lo largo de mi vida. Aunque me sentía desnuda y magullada, supe por intuición que al hacer frente al dolor estaba tomando el camino de curación… Anhelaba ser más buena conmigo misma. Anhelaba entablar amistad con mi vivencia interior y sentirme más tranquila y más a gusto con las personas que intervenían en mi vida
… La creencia de que hay algo malo en nosotros es una manera de desperdiciar nuestras valiosas vidas. No obstante, como nuestro hábito de sentirnos deficientes está arraigado, para despertarnos del trance no solo basta con una decisión interior sino que precisamos un entrenamiento activo del corazón y de la mente.”

El fragmento del texto corresponde al prólogo del libro Aceptación Radical- Abrazando tu vida con el corazón de un buda , escrito por la Dra Tara Brach, psicóloga clínica, conferencista, maestra de meditación; Nacida el 17 de mayo de 1953, vive en Bethesda, estado de Maryland.


María Fernanda Blanco
Miembro del equipo de CampoVincular Salud

Psicóloga 
Mindfulness y Psicoterapia basada en la Compasión

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